Somos lo que somos,
dos cuerpos reducidos a cenizas,
presos de nuestras propias pasiones.
Sedientos náufragos
siguiendo el mapa de nuestros cuerpos
olvidados del descanso,
consumidos en gemidos de pasión,
ebrios del aliento de los labios del otro.
Dos tempestades furiosas
que nunca tienen suficiente,
encendidos, cabalgando entre sabanas de lujuria
y combinados de ansiedad.
Abrazados, prendidos...
Somos lo que somos
tu y yo en la inmensidad
de nuestro reino prohibido.
Leila - Nikta