28 de octubre de 2010

El canto del mar

Hoy aquí sentada contemplando

la inmensidad de este océano

pienso en lo insignificantes que somos

y en los misterios que nos envuelven

embriagándome con su eterna belleza

intratable, brava y devastadora.

Siento el arrullo del agua

como una canción de cuna

donde la luna

se refleja ondeante en sus aguas

las estrellas titilan en el cielo

y la melancolía se adueña de mi alma.

Me siento de nuevo pequeña y perdida

naufragando a la deriva

entre el bálsamo aguamarina

que me reclama llenado mi piel

de agua y sal

me reclama como una sirena

para abrazarme sin fin

y ahogarme entre sus intimidades.

Hay tantas preguntas sin respuesta

que el aire se atasca en mi garganta

al sólo recordar la esencia de tu alma

susurrando mi nombre entre las olas.

Nikta

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