Miles de ideas en mi cabeza, recuerdos de días pasados cuando los problemas no existían, ni las preocupaciones, ni nada nos dañaba.
Memorias de la niñez, de ese tiempo de inocencia que ahora tan pronto se pierde, tiempo de no temer ni vivir angustiado por unas letras que pagar, una trabajo que no llega o un pan que no podemos comer...
Tiempo en el que todo era felicidad y juego, bondad y alegría...
Ahora miras alrededor y todos vivimos conteniendo el aliento, agazapados, gritando y ahogandonos en silencio y dejando que todo lo bueno se escurra entre los dedos, sin valorar la alegría de una sonrisa, la calidez de una mirada o un amanecer.
Consumidos, corriendo, debo, he de, hay que...
Imposiciones, pagos, dinero, posición, sociedad congelada y estrangulada que pisotea los sueños.
Y no nos paramos a pensar que este puede ser el último aliento, el último día o que hay algo más que todo esto que nos hemos impuesto. Que en vez de apoyarnos y ayudarnos entre todos para levantarnos nos mordemos como la por de las alimañas.
Destruimos, derrochamos y queremos sin ver ni importar nada más que unas ansias que quizás no son las que realmente necesitas.
Reflexiones de que hay que escuchar más al corazón, que hay que perseguir los sueños y valorar los esfuerzos del prójimo, querer, mimar a los nuestros, sonreír, observar la luna, una pradera al amanecer, la bruma entre los árboles...
Respirar profundo y pensar que es lo que realmente queremos para sentirnos completos, valorar lo importante y dejar de preocuparse por banalidades, plantearse verdaderos retos y metas para mejorar como personas y recuperar nuestra alma.
El ser humano con su eterna contradicción, tan grande, tan rastrero, tan imperfecto y frágil y por todo ello tan increíble. Capaz de la mayor belleza y el mayor dolor ¿Porque no ver la verdad? ¿porque no aprender del dolor causado? ¿de los errores? ¿porque no poder vivir en paz entre nosotros? sin dañar, sin herir, sin maltratar... ¿porque es tan difícil? nada es perfecto, nada es eterno pero en nuestras manos esta encontrar la llave de nuestra propia felicidad que empieza por encontrar el equilibro de nosotros mismos, de quererse y querer a los demás.
dejar atrás el odio, la avaricia, la oscuridad que nos persigue...
Pensamientos que viajan como rayos de luz y me afligen al ver que un sueño tan hermoso podría estar al alcance de la mano. Sin envidias, sin rencores, Una sola voz, un solo grito, un latido al unísono, grande como el universo.
Letras en sentimientos, en sueños que fluctúan como ríos esquivos, cada nueva experiencia, cada nueva vida, persona conocida son un paso más en el avance de nuestra vida, de enmendar lo que hicimos y avanzar...
Miles de ideas revueltas en mi cabeza, miles de plegarias un sólo deseo para el próximo año, un hechizo de amor callado donde todos alcancemos nuestra propia ilusión.
Nikta