Un lamento que resuena como un disparo.
Proyectado desde el humeante cañon
del arma con la que me alcanzas.
Directo, certero... blanco del palpitante corazón,
se contrae bombeando al ritmo que impone tu voraz deseo.
Son tus manos la que ejecutan el mortal ataque
donde caigo en circulos vertiginosos
inmersos en rojas llamas como sangre.
Cerca, más cerca, tu aliento en el mio,
tu cuerpo conquistando carne y alma
hasta el último suspiro que me arrancas.
Nikta
Es raro que un francotirador falle, hay que rendirse sin condiciones. :)
ResponderEliminarSaludos
Uy que poema desborda pasión y erotismo . Te mando un beso y te me cuidas.
ResponderEliminarGracias chicas ;)
ResponderEliminarBreve y sin embargo muchas sensaciones. Muy bello.
ResponderEliminarCariños, Lou
Gracias Lou
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