El otro día, picaron a la puerta, abrí y bueno, podéis imaginaos quién era...
Pero me pareció curioso que me preguntase como veía el mundo y si necesitaba un cambio.
Mi respuesta fue rotunda, por supuesto que sí, pero esta no reside en ni en los políticos, ni en los que pueda haber allí arriba ni en nada que no podamos ver, sino que esta en nosotros mismo, en pequeños cambios de actitud.
En volver un poco a la buena convivencia, a querer y respetar, a no querer a los demás lo que no quieres para ti.
Querer, convivir sin celos, envidias, odios ni demás impulsos negativos que no generan más que un encierro en el propio ego y el preocuparse únicamente de su ombligo, todos tenemos familia, amigos y personas que queremos ¿por qué crear esos rencores con otros por futilidades y banalidades? ¿No somos racionales? ¿Pues por qué no dejar lo que realmente no es importante fuera?
Aveces, solemos olvidar que es realmente necesario e importante por que todo alrededor esta causando un efecto y una presión sobre nosotros.
En fin, que me ha dado por divagar un poco, pero mejor no sigo que no se trata de dar ninguna lección ni mucho menos.
Saludos,
Leila
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