
Se levantó inqieta mientras Amer se iba adentrando cada vez más en el templo. La sala ahora parecía mantener la forma de una estrella imperfecta en el centro ya que a su alrededor seguía manteniéndose su extensión hexagonal, sinembargo eso no se podía apreciar con exactitud sino se observaba desde un lugar elevado que abarcará todo el plano. Dos columnas de un estilo casi indeterminable se erguían al final de los brazos de la misteriosa estrella,las dive

Lo extraño eran las diferentes representaciones que en ella descansaban y la sensación de que el techo se hacía cada vez más ato, era imposible poder describir la sala con exactitud, parecía que estuviera viva y cambiase a cada instante. Un enorme reloj de arena dorada aparecia en lo alto, siete puertas descansaban al fondo rodeando todo el recinto, todas ellas tenían una inscripción con un símbolo. Los pasillos tambien estaban llenos de las mismas inscripciones.


Atravesó una nueva puerta y siguió por otro de los múltiples pasadizos, en las alturas de este se abría una pequeña boveda con forma de ojo por donde se veían las brillantes estrellas suspendidas en el oscuro cielo con una claridad asombrosa. Aún no entendía como habían podido construir algo así, no le parecía nada común. Todo lo demás estaba perfectamente construido sobre la roca, incluso las escaleras que salían de una de las salas hacia el exterior eran de una especie de mármol, estas subían hasta el cielo en forma de espiral o de cadena genética, cruzándose, abrazándose y rehuyendo cada una por su lado, era un efecto óptico sorprendente, estaban suspendidas casi en el aire, a los lados antes debían de haber árboles que se enredaban por sus huecos laterales formando cascadas verdes, por el centro había otra cañida de agua. Debía ser algo maravilloso casi podía respirar el aroma de las flores ajazminadas, el incienso, la roca...desde ahí se podían ver en su totalidad los altos obeliscos que presidían la entrada al templo, uno a cada lado como si fueran unos rígidos y orgullosos guardianes reales.


Su brillo parecía metalico. Subió de nuevo y se sentó en una de las salas mirando el vacio inmenso del lugar, en silencio, como si esperra que sucediera algo....
Nikta
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