Hoy aquí sentada contemplando
la inmensidad de este océano
pienso en lo insignificantes que somos
y en los misterios que nos envuelven
embriagándome con su eterna belleza
intratable, brava y devastadora.
Siento el arrullo del agua
como una canción de cuna
donde la luna
se refleja ondeante en sus aguas
las estrellas titilan en el cielo
y la melancolía se adueña de mi alma.
Me siento de nuevo pequeña y perdida
naufragando a la deriva
entre el bálsamo aguamarina
que me reclama llenado mi piel
de agua y sal
me reclama como una sirena
para abrazarme sin fin
y ahogarme entre sus intimidades.
Hay tantas preguntas sin respuesta
que el aire se atasca en mi garganta
al sólo recordar la esencia de tu alma
susurrando mi nombre entre las olas.
Nikta
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