El campo se cubre de escarcha
y ya no recuerdas nuestros besos
aunque persista el sabor en tus labios
son como hielo desecho sobre tu boca
de querubín oscuro.
Nada queda salvo la escarcha
que cubre el valle de tu cintura.
Solo sientes el frío que dejo el vacío
y te tornas blanco y distante
como las lomas de este baldío retiro.
Te alejas por en camino sin volver la vista atrás
como un ave de paso
que vuela con la nieve
de este crudo invierno
que nos cubre la piel
con su beso frío.
Ya no hay risas ni canciones
ni manos entrelazados,
solo el vacío de ese recuerdo
que despacio se marchita
como el hielo que se funde
en la ventana del adiós.
Nikta
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