Caían lentos copos al anochecer,
en silencio, pálidos, helados...
blancos como la piel que lentamente
recorrían tus dedos cálidos.
No había tiempo ni más sonido
que el que hacían nuestras bocas al respirar,
mientras el cristal se empañaba
en contraste con el frío helador de fuera.
Caricias lentas..
expertas y enloquecedoras.
Un beso embriagados y el roce de las sabanas,
el peso de tu cuerpo cubriendo el mío,
y de nuevo el sabor de tu lengua
invadiendo mi ser rendido al tuyo.
El va y ven de tus movimientos
nos llevan corriente abajo
en una locura de sentidos sin fin,
ajenos al manto que cubre las callas
y las altas copas de los abetos
cuyo olor estallan en tu piel.
Crepitan las llamas en en el hogar
así como nuestras almas
fundiéndose la una con la otra
con avidez, prendiendo y muriendo
a cada nueva sensación que nos invade
muriendo y naciendo con cada suspiro
hasta el albor de los tiempos.
Nikta
Con la persona que se ama, nunca queremos salir de momentos asi!! =) lastima que el tiempo va siempre igual para todos los momentos...
ResponderEliminarBesos! =)
www.matandolasnormas.blogspot.com
Que maravilla!! La fusión de las almas ...
ResponderEliminarMe ha encantado tu poema, sencillo y a la vez muy intenso.
Un beso desde mi rincón.
Muchas gracias! Besos
ResponderEliminarA veces solo son suficiente unos instantes de pasion para que la piel se impregne de deseo y deje una huella que dure una eternidad.
ResponderEliminarPrecioso poema y precioso blog, enhorabuena.
Besos.
Lunna.
Gracias Lunna muy amable:) me alegra que te guste
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