Cae la noche una vez más
y se oye un suspiro entre la oscuridad...
la soledad se acusa más en ese estrecho callejón
donde la lluvia siempre moja su calle
y la luz de la farola estrella mortecinos haces
sobre los encharcados adoquines.
Cae la noche con piel de serpiete
y alguién sueña sentado en el mismo banco
de ese mismo tetrico callejón
que no és más que un rincón perdido en el alma
del que llora en silencio su pena
oculto entre las sombras de la noche
que lo abrazan como unico amante.
Cae la noche y la piel se estremece, erizandose...
ya se acerca de nuevo la pesadilla
oye sus tenues pasos cada vez más cerca...
y su corazón se acelera,
el pánico lo domina y cubre sus labios
con las manos para acallar un jadeo.
Las lagrimas asoman a sus ojos amenazadoras,
no quiere llorar, no puede escapar a su destino.
Su propio temeor vive agazapado en su interior
y afila los colmillos al llegar la noche,
lo siente asomar por la rendija de su corazón,
va a extender las alas y un grito surcara la noche
desgarrando la calma.
Ya atenaza su cuello y pierde la calma,
se riende deja caer lacios los brazos.
Una noche más caer como cae la noche
en el mismo callejón que su mente creo
y su alma guardo.
y se oye un suspiro entre la oscuridad...
la soledad se acusa más en ese estrecho callejón
donde la lluvia siempre moja su calle
y la luz de la farola estrella mortecinos haces
sobre los encharcados adoquines.
Cae la noche con piel de serpiete
y alguién sueña sentado en el mismo banco
de ese mismo tetrico callejón
que no és más que un rincón perdido en el alma
del que llora en silencio su pena
oculto entre las sombras de la noche
que lo abrazan como unico amante.
Cae la noche y la piel se estremece, erizandose...
ya se acerca de nuevo la pesadilla
oye sus tenues pasos cada vez más cerca...
y su corazón se acelera,
el pánico lo domina y cubre sus labios
con las manos para acallar un jadeo.
Las lagrimas asoman a sus ojos amenazadoras,
no quiere llorar, no puede escapar a su destino.
Su propio temeor vive agazapado en su interior
y afila los colmillos al llegar la noche,
lo siente asomar por la rendija de su corazón,
va a extender las alas y un grito surcara la noche
desgarrando la calma.
Ya atenaza su cuello y pierde la calma,
se riende deja caer lacios los brazos.
Una noche más caer como cae la noche
en el mismo callejón que su mente creo
y su alma guardo.
Nikta
Precioso.. Escalofriante, digno de un artista de el siglo XIX.
ResponderEliminarNserio, me encanta...!!!
Muchos besos!!