Fatalidades

Ya esta estaba todo hecho, no había vuelta atras, desde aquel maldito día en que me acorralorn es ese callejon mi vida termino... aún ahora me reprocho el haber sido tan imprudente y pronunciar su nombre en mi mente pero no lo pude evitar. Uno de ellos leyo mis pensamientos y eso hizo desencadenar la fatalidad...

Él ya me lo había dicho uan vez... esta vida no tiene marcha atrás, o estás o no con nosotros. Aquí no hay medias tintas. Yo sabía demasiado, conocía su existencia sabía cosas que uno de ellos mismo me había contado. Aquella misma noche hable como siempre con mis amigos y familiares en una muda despedida pues ellos desconocían que en esos mismos momentos yo ya estaba muriendo. Yo misma había aceptado, no había mucha elección. Lo más difícil sería despedirme de mi marido, con el que tantas cosas había compartido y que no se merecía aquello, yo le quería apesar de todo pero aquel chico... ponía todo mi mundo del revés, sentía que era él mi otra mitad, el que llenaba todos mis sueños y faltas. Iba a pasar mi eternidad con este y apesar de saber lo que sentía me sentía culpable. Yo era una chica normal y corriente, tenía amigos, familía... pero ahora toda esa vida debía quedar atrás. Nunca más volvería a pisar mi ciudad, amañaríamos mi muerte y nos iríamos los dos lejos... y ahora que mi sueño de juventud iba a hacerse realidad nada parecía tan perfecto como debería ser. Había habido demasiadas complicaciones, se había precipitado todo demasiado escapando a nuestro control.

Las lágrimas inundaron mis ojos, ya estaba todo hecho y la hora había llegado, mi otra mitad estaba tras de mí y me ataría hacía su cuerpo reconfortándome, él...mi amor prohibido e imposible iba a darme su beso inmortal.

Nikta