Me tentaba, sabía perfectamente lo que esta haciendo y lo que era pero aún así no podía negarme...
Me tenía tendida en el lecho y me amaba sin que pudiera evitarlo,és más lo deseaba, el placer lo inundaba todo relegando la razón al olvido, desechando la prudecía y el sentido común al desban.
Sabía que él me acabaría matando y no importaba, así era la seducción... tal era el poder que ejercía sobre mí... muerte bella y eterna. Gemí con una caricía de sus manos y me aferré a su espalda, lo sentí dentro de mí y supe el momento exacto en que sus colmillos se clavarían en mi yugular...
- Te voy a dar la eternidad - susurró en mi oído.
Tras eso sólo pude oír el sonido de mi aliento sorprendido al sentir el mordisco de sus colmillos y el desbocado latir de mi corazón tiñiendolo todo de rojo.
Nikta
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