La situación se estaba volviendo sucia
adictiva y enfermiza
todo ardía alrededor y no había mas
que la asfixiante penumbra
de tu alcoba y tu cuerpo pegado al mío
“aquello no podía ser bueno”
me repetí una vez más
pero era como una adicta
que siempre caía rendida a tus pies
por mucho que nos dañáramos
esa pasión nos abrasaba
como las mismísimas llamas del infierno
consumiendo su elixir sin importar nada.
Regresabamos una y otra vez
estrellandonos como dos náufragos
en pos del agua que beber,
que uno era sed
y el otro el cáliz que saciaba.
Uno era marea
el otro tormenta
fuego y volcán
girando en una vorágine
que nos traga en una tortuosa espiral
donde nunca acaba el juego
de sentir tu cuerpo en el mío
saciandose y tomando todo lo que deseas
arrollando, abusando y avasallando
mi entrañas que rugen
con el va y ven de la cadencia
de tus potentes caderas.
Eres el viento que embiste
contra mi puerto
eres mi ruina mi perdición
mi amor y mi verdugo
eres principio y eres final
somos dos en un corazón.
Nikta
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