Vivo en un mundo desolado,
un desierto de arena vasto e infinito
por el que veo pasar sueños y anhelos
como bolas que se alejan
mientras mis dedos tratan de alcanzarlas
Aferrándose únicamente a la anda
de las ilusiones rotas.
Esperanzas quebradizas
en mitad de este paraje
donde la caricia de las aguas no penetra
si no es de modo violento y erosivo.
Nada vive aquí...
incapaz de respirar este aire abrasador
que funde las entrañas.
Mis avanzas descalzos,
quemandose insensibles
en pos de ese oasis que se rebela
caprichoso en una lejanía apacible
en mitad de esta ola de inclemente sol.
Se levanta el polvo borroso,
más mi piel ya no siente nada,
se tiende impávido a esperar
el momento de saltar sobre esa luz
cavalgando hacia la eternidad
de un lugar cuajado de estrellas eternas.
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