Cuentan que una doncella habita en los bosques
y que sólo aparece en las noches de luna llena
andando entre los polvorientos caminos,
las ramas desgarran sus livianas vestiduras
y su largo pelo cubre su esbelto talle voluptuoso.
Dicen que sólo los caminantes extraviados la ven
cuando el frío helador del fin los acecha
y que ella es como una luz que los atrae
extendiendo su delicada mano marmórea.
Se rumorea que ella es un espíritu errante
con los ojos marcados por un reguero de llanto
y que entre su cabello se engarzan las flores del luto
y que de sus labios no sale ningún sonido.
Sus pies desnudos avanzan entre la maleza
sin importarle las heridas y dicen que si ella te encuentra
desnuda tu alma decidiendo si te muestra el camino
de regreso a casa o te condena a errar eternamente
junto a su comparsa de espíritus malditos
que portan entre sus manos descarnadas
los candiles de lo que una vez fue su vida.
Nikta
16/08/2010
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