Diseccione cada parte de mí,
deje mi corazón sobre la mesa,
el alma, la cabeza y cada poro de piel
saque de ella todo lo que quedaba de ti
y poco a poco me fui quedando con lo bueno
que me diste aprendiendo de cada lección
de la vida.
Nada volverá a ser igual después de ti
pero ahora sé que hay un mundo más allá
de tu presencia enmascarada,
valorare cada minuto vivido y abriré los ojos
sabiendo que lo que tengo es un tesoro que amo
impondré la racionalidad y mi propio bienestar
cerrare ese capítulo y tras limpiar la disección
recompondré mi ser para avanzar
con la lección aprendida
y aunque mi alma deseé aún tu regreso
volveré la vista hacia otro lado
imponiendo la ley de mi cabeza
que nunca debí desoír, cerrare la puerta
que te lleva a mi corazón y volveré a sonreír
sin dejar que la tristeza me atrape
acepto pues tu decisión cobarde.
y quizás si un día decides tú regresar
esta vez sea yo la que ya no estará
para adular tu elocuencia.
Nikta
Que difícil es poder olvidar y hacer que deje de doler, que difícil es sacarlo de la vida y los sentimientos, definitivamente nunca ya nada es igual, y si, tratamos de detener esas cosas que hacen que ese sentimientos que nunca muere se llene de luz...
ResponderEliminarYo aún no he aprendido a deshechar tanto el dolor, pero voy en proceso, un beso preciosa