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20 de septiembre de 2009

Arde la Madrugada

Hola a todos, aquí os dejo el fragmento de una historia inconclusa que empezo a crearse un 18 de octubre del año pasado, espero que os guste:



Introducción

Seis de la madruga de un sábado cualquiera en Acapulco, unas cortinas se cierran y el teléfono suena en la comisaría… tras una noche de lujuria, una joven y poderosa heredera aparece muerta junto al chico que la sedujo. Adder, dolorido y confuso es sacado de entre las sabanas aún húmedas y es acusado de asesinato. Pero la investigación, llevada a cabo por una hermosa agente pone de manifiesto una complicada trama de venganzas e intereses entre las dos familias más poderosas del momento.

¿Será Adder el chivo expiatorio o un verdadero asesino?, ¿Es, a pesar de su dudosa vida, el joven traumatizado y bueno que dice ser o un mujeriego problemático sin oficio ni beneficio?

Las pruebas son claras, él la estrangulo, ¿pero a quien vio el vecino tras el la cortina?


Dos familias, un cadáver y una agente no corrupta, un resultado impredecible.


Prefacio


El agua golpeaba con fuerza las ventanas y una ráfaga hizo petar uno de los porticones, la casa entera pareció crujir cuando un trueno resonó haciéndole encoger el corazón, seguía aún en el mismo punto donde se había quedado cuando él se fue y se dejo caer al suelo. En una esquina, a oscuras, abrazada a sus rodillas con un nudo en la garganta, las manos le temblaban y ya no tenía más lágrimas que derramar. Estaba atrapada, encarcelada en su propia pesadilla. Después de seis meses encontrar aquella prueba definitiva había sido como si la desgarrasen. Después de todo lo que había pasada al final... podía ser qué...? sacudió de nuevo la cabeza apretando los dientes impotente. ¿Cómo había podido ser tan estúpida? Él lo supo, la encontró con la nota y la había cogido del pelo, sus palabras aún resonaban en su mente ¿qué iba a hacer? No podía huir, no tenía donde huir, todo se había hundido, lo había dado todo por él, había... liberado al asesino. Se lista se repitió en su mente, pero su corazón se rompía... era ella o él ¿pero podría apretar el gatillo? Él sabía que ahora ella, era su cautiva y lo peor de todo es que a pesar de todo... lo amaba. Su mano se deslizo por su vientre ahora ya mas redondeado, el anillo brillo en su anular, no era una decisión fácil, la vida que crecía en su interior pareció vibrar junto a otro trueno. La puerta se abrió…



Capitulo 1


Una noche más pensó Adder apartando las húmedas sabanas. Tanteó la mesita y sin dejar de mirar al techo se encendió un pitillo, dio un par de caladas y se levantó.

Como siempre no estaba solo, una atractiva chica rubia dormía a pierna suelta en su cama, apartó el jersey de leopardo del pasillo y se dirigió al baño haciendo rodar un vaso que chocó contra la pared. Tropezó con la licorera que derramo el poco alcohol que quedaba en ella. Soltó una ristra de maldiciones y por fin encendió el grifo del agua fría metiéndose debajo.

Le dolía la cabeza y tenía la boca reseca, la ducha lo despejó un poco, hacía demasiado calor así que apenas se seco, busco su ropa por el suelo y salió del apartamento a medio vestir hasta que recordó que aquella era su casa.

Rebuscó entre los bolsillos y sacó las llaves, suspiró y volvió a entrar admirando el desastre. Botellas vacías por doquier, vasos aquí y allá, ropa tirada, suelo pringoso… tendría que limpiar, se aparto el pelo de la frente y se puso manos a la obra.

La música, a todo volumen resonaba por todo el complejo, la bajo y contemplo las magnificas vistas que su ático le ofrecía, por su parte, la chica del dormitorio no tardo en despertarse, se ducho y salio de la casa tras despedirse de él entregándole una tarjeta que guardo con todas las demás. No la llamaría, nunca lo hacía. Cambió las sabanas y se fue a comprar esperando a que llegara de nuevo la noche para salir de caza, ese era su único entretenimiento.

Una vez hubo terminado se dejo caer sobre el sofá de cuero negro y su imagen se vio reflejada en la cristalera situada en frente, llevaba los vaqueros desabrochados, iba descalzo y sin camiseta. Su torso musculado estaba perlado de sudor, y el cabello castaño claro se pegaba acentuando sus facciones marcadas y sensuales.

Estaba cansado, hoy no iría al gimnasio, seguramente iría a la playa, sí, lo haría, cogería su tabla y conduciría hasta algún cayo apartado, pero no desconocido y pasaría allí el día exhibiendo su cuerpo atlético y bronceado.


**************************

Ya era Sábado, se había pasado la noche sin pegar ojo sentada en la butaca y con la ropa pegada a la piel a causa del incesante calor, debería ir a trabajar pero no le apetecía. El vaso de agua con lima pendía de su mano lacia hacia un costado, el hielo hacía horas que se había desecho pero aún conservaba algo de frescor, metió la mano en la cubitera y saco un puñado vertiendo la mitad en la bebida mientras deslizaba otro por su bronceada piel haciendo que sus pezones se erizaran.

Abrió los ojos y vio su pistola tendida sobre la mesa de madera, intento alcanzarla con las puntas de los dedos estirándose todo lo que podía desde su posición pero desistió al comprobar que era incapaz de alcanzarla sin levantarse.

Suspiró y tras coger fuerzas se incorporó tambaleándose, dio los buenos días a su lobo y se metió en la ducha, le dolía la cabeza y hacia mala cara. Dejó que el agua enfriará su cuerpo y luego salió chorreando, abrió el armario y saco el pote de aspirinas ingiriendo un par, cerró el armario y pasó la mano por el cristal.

Su tez tostada se reflejo en él, sus labios rosados y apetecibles se abrieron en una mueca de incredulidad, ¿Cuánto tiempo hacia que no se miraba al espejo?, estaba más delgada y sus ojos verdes eran más claros y brillantes de lo que recordaba. Pico algo de hielo con el cuchillo y lo vertió en el deposito del ventilador, cogió el peine y cepillo su larga y espesa cabellera color azabache. ¿Desde cuándo lo tenía tan largo?, lo ignoraba pues siempre lo llevaba recogido. Era una chica realmente hermosa, de sensuales curvas piel suave y largas piernas bien torneadas como el resto de su firme cuerpo. Cogió la crema y observó de reojo el uniforme “casi” diario, debería empezar a pensar un poco más en ella, iría de compras antes de ir al trabajo pensó, sí, lo haría, tenía que darle otro rumbo a su monótona vida. Así que se dio la loción y se vistió en un salto, llamó a su compañero y lo saco a pasear antes de dirigirse al centro a gastar unos cuantos ahorros.

**************************

El armario se cerró con un leve siseó y su imagen quedo al descubierto, ya estaba listo, pantalones blancos y camisa a juego para realzar su bronceado, cogió las llaves y con paso decidido se dirigió al local elegido, uno, dos, tres pasos ya esta, estaba dentro, alfombra roja y luces de neón azules, todo muy chic y ¡caro!

Adder se deslizó entre la gente y pidió una copa en la barra, Bacardi con lima para no perder la costumbre, miró hacia la pista y sonrió malicioso al encontrar lo que buscaba, dio un trago y se aproximo hasta su objetivo.


- Esta es la noche – se dijo para sus adentros y tras aguardar unos segundos la chica se le acercó. Era una mujer atractiva, de pelo corto rubio y rizado, ojos azules y vestido de Gucci, zapatos Jimmy Choo y bolso a juego, dio una calada a su pitillo y libero el humo en la cara de Adder que le tendió una copa, intercambiaron un par de miradas y al poco ya bailaban (bueno lo intentaban) entre magreos y más alcohol. Ambos sabían lo que querían así que no perdieron más tiempo, ella le hizo una seña y él la siguió hasta la salida donde le tendió las llaves de su Aston Martin descapotable con matrícula Kylie. Sonrió complacida y de un salto se repantigó en el asiento del acompañante esperando a que su improvisado chofer hiciera lo propio.


- Vamos a tu casa – le pidió susurrando en su oído a la vez que su mano reptaba por el “cambio de marchas”, rió y se aparto el cabello de la cara dando un grito al sentir el rugido del motor acelerando a medida que enfilaban hacía el apartamento.

La puerta se abrió y tiro el bolso al suelo a la vez que, bajándose los tirantes dejaba que el vestido cayese al suelo, y sin dejar de besarse se afanó en desnudar a su compañero mientras iban dirigiéndose hacía la habitación dejando tras de sí una estela de ropa y botellas vacías que se estrellaban en el suelo inundando el lugar con el olor dulzón del ron. Cayeron sobre la cama y dieron rienda suelta a sus deseos hasta quedar bien satisfechos.


**************************


Suspiró y con resignación miró el reloj, las tres de la madrugada y nada, ya llevaban más de tres semanas con aquello y no habían tenido éxito. Aquella misión era una pérdida de tiempo pero no había una opción mejor, se aparto el mechón que caía por su nuca y bebió un trago de su Martini. Miro a su alrededor y estiro las piernas discretamente cambiando de postura, ya estaba harta de largar a niñatos y machitos gilipollas que tan sólo intentaban meterse en sus bragas noche tras noche con ese chunda chunda ritual metido en los oídos, estaba claro que aquel tipo no aparecería, es más, estaba segura de que aunque estuviera no se acercaría a ella, era demasiado listo.

¡Joder! Quería atraparlo de una vez por todas, ya habían muerto demasiadas chicas a manos de ese psicópata. Volvió a echar un vistazo al local, debía ser un chico atractivo, agradable y sobretodo de labia viperina, ya que las seducía sin problemas, no se trataba del típico gigoló de discoteca de eso estaba segura así que fue descartando instintivamente a los chicos que iba viendo.

- Aburrida – dijo de pronto una voz a su izquierda. Niki se sobresaltó y se giró para ver a su interlocutor.

- Llevo un rato observándote, y he llegado a la conclusión que no estas aquí por placer ¿esperas a alguien o estas trabajando?

- Me temo que me han plantado.

- No me lo creo, una chica tan guapa como tu ¿quién sería capaz de rechazarte?

- Un imbecil- dijo con naturalidad.

- Eso seguro, soy Ike – se presentó alargando su mano. Niki se la miró y cuando por fin se decidió a estrechársela él la agarró del brazo acercándola hasta él, ella dudo un instante pero luego sonrió al notar una copa en su mano y oír la voz de él murmurar es un placer a su oído. Ella se presentó y conversaron hasta que su móvil empezó a vibrar en su bolso.


**************************

Cuando despertó al día siguiente le dolía la cabeza, era como si un elefante bailara sobre su cerebro, intentó levantarse pero apenas tenía fuerza y el sabor a sangre en su garganta le hizo sentir nauseas, tosió y se llevo la mano a la nuca que estaba húmeda y pegajosa.

Acercó su mano a la altura de los ojos y se levanto como un resorte al ver las manchas de sangre sobre sus yemas.

No recordaba absolutamente nada, la cabeza le daba vueltas y tenía la sensación de que iba a desplomarse en cualquier momento, intentó recordar que había hecho la noche anterior pero era como una página en blanco, tosió un par de veces más y probó a levantarse cayendo sobre una botella de ron que se desparramo, maldijo entre dientes y probo a levantarse sin dejar de repetir la palabra mierda una y otra vez. Se sentó sobre el suelo mojado y saco un pitillo de la mesita, lo encendió y dio una buena calada que le sentó como un tiro, se levantó y dio un paso clavándose un cristal y volvió a soltar una retahíla de maldiciones y tacos mientras llegaba al baño cojeando, estiro de golpe la toalla y metiendo el pie bajo el grifo se quitó el cristal con una mueca de dolor y se lo vendo como buenamente pudo, volvió al dormitorio, eran las casi las cuatro y media de la madrugada, la vista se le nublo y sintió como la almohada se incrustaba sobre su cara.


**************************

Las sirenas de los coches patrullas hizo aumentar su dolor de cabeza, Jack, su compañero le alargó una taza de café intentando que Niki bajara las manos de sus ojos.

- Gracias Jack, pero no me gusta el café- refunfuñó como una niña

- Lo se pero te sentara bien – insistió haciendo que lo cogiera y acercándole el vaso a los labios.

La llamada se había producido hacía unos diez minutos, la alarma la había dado alguien desconocido pero la policía ya se había puesto en marcha, por fin apagaron las sirenas y el motor dejo de ronronear definitivamente, aunque para ella más que eso era un zumbido constante. Abrió la puerta y bajo del coche para dejar que el aire le diera en la cara.

- Yo iré subiendo, no sea que nos desbarajusten las pruebas esos inútiles- comentó Jack poniéndose bien el cuello de la camisa.

- Esta bien, cuando nuestros colegas hayan terminado avísame.

- De acuerdo.

**************************

Aporrearon la puerta varias veces pero nadie respondió, un minuto más tarde ya estaban dentro, un golpe seco y un tirón brusco levanto a Adder de la cama, apenas tocaba el suelo y le falta el aire, abrió los ojos y lo único que vio de forma borrosa eran cuatro policías que le examinaban abriendo desmesuradamente sus ojos sensibles a la luz.

Le echaron las manos a la espalda y el frío acero de las manillas se cerró sobre sus muñecas con fuerza, no entendía nada, tenía la garganta reseca y pastosa, alguien le tiro del cabello para que levantara la cabeza, pero lo único que oía eran murmullos lejanos.

- Este tío va puesto hasta el culo- escucho comentar pero los ojos apenas se le mantenían abiertos.

- Adder Castillo, queda detenido por el asesinato de Kylie Mckoy. ¿Entiende estas acusaciones? Tiene usted derecho a un abogado, si no puede pagarse uno se le otorgara uno de oficio…- la voz del oficial se fue apagando pero sus primeras palabras aún resonaban claramente en su mente, intento resistierse, protesto y forcejeo pero un golpe en el estomago lo dejó plegado y sin resuello hasta que lo último que pudo ver aparte de la tapicería manchada del coche policial fueron las rejas de la celda cerrándose tras de sí y el sonido seco de la llave al girar en medio del silencio.

**************************

- Te dije que me avisaras no que metieras un grito desde la terraza – acusé a Jack al entrar por la puerta y quitarme las gafas de sol – Uff esto apesta – comenté mientras observaba el rastro de ropa y el bolso tirado ante la entrada.

Di un paso apartando una botella vacía e hice salir al resto de policías que aún quedaban en el apartamento. Me giré y miré a Jack que aún estaba allí recordándole algo así como: “he dicho que salga TODO el mundo y eso te incluye también a ti”. Él intentó protestar pero le ignoré, me giré, alargué la mano a modo de STOP, y procedí a empezar la investigación, no quería oír nada más. Me agaché y conecte la grabadora.

- Vamos a ver…que pasó aquí. El piso esta lleno de botellas de ron de importación, caras, cogeré una muestra, entraron por la puerta y se desnudaron, iban calientes, el bolso… lo dejo caer junto al vestido. Luego cogeré el bolso, hay marcas de huellas, varias… hay a mi parecer cinco pares, mandar hacer análisis”.

Pare un segundo el aparato y suspire sin poderlo evitar, me incorporé y miré el dormitorio en conjunto, puse el play.

Había algo distinto en este caso, no era obra de “Eros” el asesino que andaba buscando cada noche de garito en garito y que tras seducir a sus víctimas las estrangulaba por placer con un pañuelo de seda mientras se la tiraba. En fin, salí de mis pensamientos al recordar que tenía el play puesto y continué.

“Hay cristales rotos, manchas de sangre, se clavó parte del vaso, las cortinas estas medio corridas y el aire acondicionado esta encendido, hace frío. Huele a especies o algo parecido a parte del olor a ron y sudor. En la papelera hay varios condones usados. Me dirijo al baño, una toalla manchada, el cristal que faltaba en el suelo del dormitorio manchado… vuelvo a la habitación, abro la mesita, hay tabaco, el encendedor esta en el suelo junto a un cigarrillo a medio consumir, múltiples tarjetas, todas de mujeres…dejaré que acaben los otros”

Paro el magnetófono y salió al rellano dando la orden de que podían proceder, el forense ya había retirado el cuerpo antes de la inspección, cogió las llaves del coche y se dirigió hacia el depósito. Loüise, era el encargado de la autopsia, así que giró al final del pasillo y entro en el pabellón cinco. La televisión estaba encendida pues las noticias se oían desde la entrada, y como era de esperar hablaban del asesinato de la heredera e hija de Josué McKoy, el magnate más rico de la historia.

Esto no es nada bueno – pensé, no aguanto la prensa y menos cuando se meten en mí trabajo y me gusta aún menos que el caso giré entorno a los Mckoy, ya verás la movida que se a montar con esto, habrá programas televisivos para dar y vender. Por fin llegué a la sala y me apoyé en el marco de la puerta mirando como Loüise trabajaba, la verdad es que me gustaba mirar a ese chico, tenía un no sé que de roquero satánico que me encantaba, con esa sonrisita y esos labios… por no mencionar sus ojos verdes de gato y su melena a lo Brad Pitt, sonreí y me aclaré la garganta para hacerle saber que estaba allí, aunque confieso que me moría de ganas de palmear ese culito.

- ¡Niki! – sonrió marcando hoyuelos y haciendo un gesto para que me acercara bajé junto a él que paro el televisor y escondió su CD portátil.

- ¿Him? – pregunte mirando el cuerpo inerte de Kylie. Él rió a modo de afirmación y acabo de descubrir el cadáver.

- ¿Tienes algo?

- Iba a empezar ahora, no me daban autorización.

- ¿La familia?

- Sí ¿Te quedas a verlo?

- Claro, por eso estoy aquí, por si se te escapa algo- le guiñé un ojo y le deje trabajar.

- A ver cuando te decides a aceptar una invitación mía para ir a tomar algo preciosa.

- - Loüise…

Loüise aproximó más la luz al cuerpo y empezó con la rutinaria identificación, descripción y causa del fallecimiento. Lo interesante venía ahora, buscar cualquier cosa.

- ¿No esta muy hinchada? – pregunté, estaba acostumbrada a ver muchos cuerpos pero nunca había visto ninguno en esas condiciones por decirlo de alguna manera.

- Es por el calor ¿no hueles algo extraño?

- Especies

- Sí.

- El piso olía igual – me encogí de hombros y seguí mirando el cuerpo como tantas veces había visto hacer a Loüise.

- Si sigues así me quitaras el curro- sonrió mientras observaba detenidamente las marcas que había alrededor de su cuello y muñecas. ¿Sabes con que la estrangularon?

- Con un pañuelo dijeron.

Sonrió satisfecho y me hizo mirar más de cerca las marcas y entonces entendí por que me lo decía, las marcas no eran de ningún pañuelo, que por cierto, yo no había visto por ningún lado, sino de una especie de cuerda. Tendría que volver a examinar el piso de arriba abajo, pero esta vez con calma y habiendo descansado, a demás, acababa de recordar que me olvide de coger el bolso de Kylie. Seguramente estaría con el resto de pruebas…si es que la familia no lo reclamaba.

- Mierda, será mejor que vuelva hoy mismo- murmuré y me concentre en lo que tenía delante – Hay marcas de pinchazos.

- Sí, mandaré hacer análisis de todo lo que encuentre descuida.

- De acuerdo, llámame cuando lo tengas.

- Descuida preciosa- sonrió y se puso los cascos mientras seguía con la autopsia.

Debía volver a la comisaría para interrogar al acusado pero no quería correr el riesgo de que el bolso desapareciera así que volví al piso, cuando entre la puerta estaba abierta, retrocedí un paso y la observé, había marcas de haber sido forzada hacía muy poco, entre en silencio y apoyada en la pared saque el arma, el bolso seguía en su sitio. Una sombra cruzo la habitación, salte hacía ella pero ni siquiera me dio tiempo a ver nada cuando sentí un golpe en la espalda que me dejo tendida, me levante a toda prisa y salí corriendo escaleras abajo, demasiado tarde, no había nadie, me asome a la terraza pero tampoco vi absolutamente nada y Joder fue lo único que me salió de la boca, ya tenía un morado más para la colección. No me gustaba nada que hubiera entrado alguien...

¿Que buscaba y que pintaba en todo eso? ¿Y si no había sido él?

Cogí el bolso del suelo y miré el dormitorio, gire la cabeza hacia un lado y me acerqué hasta el borde de la cama, me agaché y estirándome todo lo que pude para no clavarme ningún cristal recuperé una cartera de piel marrón. Tenía un símbolo en la esquina, y dentro la llave del Hotel Bahía y trescientos dólares pero nada más. El emblema me era familiar pero no sabía por que. Me levante y justo cuando iba a irme un ruido me hizo retroceder, escuche durante un rato, la radio no era por que la había parado al entrar al piso la primera vez. Venía del patio interior, me pase la mano por la frente, hacía calor, el termómetro marcaba 21 cuando momentos antes la temperatura interior era de 40.

¿Cómo podía cambiar así la temperatura?, volví a oír el crek crek y lo seguí hasta el aparato de aire acondicionado.

**************************

La comisaría estaba repleta ya a primera hora de la mañana y hacía un calor agobiante, Abrí la puerta y lo primero que recibí fue una bofetada de aire caliente, no sabía que era peor, si la calle o mi lugar de trabajo. Deje a los periodistas fuera gritando como buitres y cogí una lata de te frío y baje hasta la sala de interrogación, seguramente el jefe y Jack ya estarían ahí, y me dirían: “Ya era hora Bliard”

- Una noche movidita ¿verdad?- le oí decir a Jack cuando abrí la puerta, estaba rojo y el sudor le caía a chorretones, se había quitado la corbata y llevaba los botones desabrochados, el jefe por el contrario parecía tranquilo, impasible apoyado en la pared con los brazos cruzados, me miró y volvió a centrarse en el chico que ocupaba la silla.

Entre y cerré tras de mí conectando el ventilador, era lo único que podía remover el aire un poco hasta que vinieran a reparar el aire acondicionado, abrí mi lata de te y me situé en una esquina junto al jefe y preste atención al acusado. Era un chico realmente atractivo, no me extrañaba que las mujeres se fueran con él tranquilamente, sus ojos tenían tanta intensidad que te atrapaban hasta dejarte indefensa, desnudándote poco a poco y esos labios… era hipnotizante seguir sus movimientos y seguramente tenía una sonrisa con el mismo poder de desarme que el resto de su cuerpo. Saque todos estos pensamientos de mi cabeza e intente pillar el hilo del interrogatorio, pero esos ojos azulados...

- ¿No tenías bastante con tirártela? ¿Por qué lo hiciste?, ¿Te sientes más hombre así o es un trauma?

- ¡Ya se lo he dicho! ¡Yo no la mate! ¡No recuerdo nada!

- ¿Pues si no recuerda nada como puede estar tan seguro?- prosiguió Jack

- No lo hice.

- Vamos hombre, haz las cosas más sencillas. Es un caso claro. La amnesia no importa, las pruebas lo dicen todo, la mataste mientras te la follabas. ¿Te volviste loco?, Qué paso?, ¿Ella no quería? ¿error de cálculo, se os fue de las manos la juerga?, sabemos que la espiabas desde hacía tiempo, encontramos la libreta y las fotos.

- ¡Un momento, un momento! ¿qué libreta, que fotos?- interrumpí cogiendo las pruebas que Jack me alcanzaba - ¿Dónde estaban?

- En la mesita de noche.

- Jack… allí no había nada, ¿Cuándo las cogiste?- le dije llevándomelo a parte mientras observaba el meticuloso diario sobre el seguimiento de Kylie.

- Antes de que tú subieras.

- ¡Perfecto!- exclame enfadada

- No te pongas así, las cogería el nuevo…

- ¿Y el pañuelo? ¿Había cuerdas por algún sitio? Yo no vi nada de eso tampoco.

- Ya te he dicho que debió ser Chadler, el subió primero y ayudo a meter el cuerpo en la ambulancia, el cogió el pañuelo. ¿Pero que te pasa?- susurró exasperado.

- Hay algo más Jack, cuando volví al piso de él alguien me atacó- señale al chaval - buscaba algo, quizás esto – saque la cartera mostrándosela pero no se la dejé coger me la guardé, y me siguieron. Puede que realmente no fuera él.

- ¡Por favor Niki! quizás no lo hizo queriendo vale, al igual se le fue de las manos pero la mató.

- No es tan seguro ahora mismo, había más huellas, ¿lo han examinado?

- No

- Por cierto, ves a entretener a sus abogados, estarán apunto de bajar- Dicho esto Jack golpeó cabreado la silla y sin más remedio subió a hacer lo que le dije. Me giré y tras mirar a Durel, me concentré en Adder.

- Tengo derecho a un abogado- me dijo con voz suave pero firme – y a hacer una llamada y por Dios Santo quiteme las esposas ¿Dónde quiere que vaya?

- ¿Va a denunciarnos?

- ¿Por?- me miró asombrado.

- Arresto improcedente, violencia policial…

- ¿Serviría de algo? ¡Oiga! No pienso decir nada más sin presencia de mi abogado.

No pude más que reírme mientras observaba los moratones que llevaba, aparté el cabello de su nuca y miré el golpe que abarcaba parte de la espalda, pedí al jefe que me trajera un poco de desinfectante y se la limpié para comprobar algo, efectivamente, tenía un pinchazo. Siempre cogiendo muestras de todo, tras esto me lleve al jefe a otra habitación.

- Será de la droga que encontraron- dijo una vez fuera

- La droga que consumen esta gente la esnifan, no se la chutan, es antiestético. Hay que hacer un análisis, la víctima también tenía marcas. No se…. No había restos de droga en ningún sitio.

- Habla claro Bliard

- Estas marcas son de hace unas horas, en cambio las de la víctima no, no había rastro de que hubieran ingerido nada, aunque eso lo ha de confirmar el laboratorio, pero lo más obvió, él no se la pudo poner justo ahí, fíjese en la marca y el ángulo, ella no se la pudo inyectar por que ya estaba muerta - miré que reacción tenía y tras unos movimientos de cabeza me llevo fuera de la sala y me pidió que le explicará todo lo que sabía, lo hice y tras eso me pidió que fuera a hablar de nuevo con los vecinos.

- Buen trabajo Bliard- murmuró antes de volver a entrar – Por cierto, la cartera que le mostró a Jack - hizo una pausa y se giró para mirarme- lleva el emblema de la casa McKoy, no quiero problemas con este caso Niki, la familia nos descuartizara y ya están pidiendo sangre, su sangre – señalo la sala de interrogación.

- Ya. No creo que sea de ella- comenté sarcásticamente mirando la cartera masculina, me giré y subí por el pasillo cruzándome con la flamante abogada de Adder, una implacable mujer de altos vuelos y más creída que la bruja de Blanca nieves. Me miró con desdén por encima del hombro y paso de largo sin rebajarse a dirigirme la palabra, ¡ella!, que sólo vestía de Armani y compañía e iba subida a esos tacones irritantes que a cada paso que daba los hacía repicar contra el suelo.


**************************

Sonó mi teléfono era del laboratorio, efectivamente ambos habían ingerido coca de la buena, por no mencionar éxtasis, y una sustancia que adormecía a la gente. Me dirigía de nuevo al complejo donde Adder vivía. El cerco policial estaba aún intacto, levante las cintas amarillas y observe la escena. Subí al apartamento y tome más muestras de todo cuanto hallé, abrí la ventana y dejé que el aire llenara el viciado espacio. Seguía oliendo a especies, pero ahora era como una sutil fragancia.



Nikta



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